Con el nuevo año escolar abrimos un nuevo grupo para compartir alrededor de una cualidad de nuestra conciencia, la atención, que está en la base de todo aprendizaje.

Aprender a vivir en nombre de lo único realmente necesario, el ser que palpita inmutable esperando ser conocido en lo más profundo de nuestros corazones.

Este es un viaje para principiantes, o para recuperar "la mente de principiante", para iniciarnos en esos primeros pasos que nos devuelven a casa, la casa del cuerpo, la casa de los detalles cotidianos, del presente de una ducha agradecida por tener agua, de una comida servida ante la mesa vacía de tantos pobres. Un viaje de gratitud por estar vivos entre los pucheros de nuestras tareas cotidianas, por estar un poco más despiertos a un milagro que nos pasa desapercibidos, por falta de atención, y muchos otros elementos de los que hablaremos a lo largo de las siete semanas.

Usaremos las técnicas de meditación que se han hecho tan populares con el mindfulness, pero iremos más allá recuperando no sólo su raíz sapiencial budista, aderezada por otras sabidurías contemplativas sino la importancia de la virtud, de la nobleza de carácter para que sean operativas.

MÁS INFORMACIÓN
 

Como un animal acostado, como el gigante Pangú de la cosmología china, que cede su cuerpo para que crezcan de su vello los bosques, de sus fluidos los ríos, de sus ojos la luna y el sol, de su aliento los vientos, incluida la palabra, los bosques de la Garrotxa son un animal cósmico que cuando respira le habla a todo mi ser.

Habito por un mes las entrañas de un volcán, un útero telúrico, que gesta un bosque a cada instante. Cada segundo es un nuevo bosque, a veces tan misterioso como la luz del anochecer que lo baña de un no se qué, de otro mundo que se trasluce, tras su danza de sonidos y movimientos en verde verdeante; a veces tránsido de un calor que pareciera surgir del magma infernal del interior de la tierra y que apenas logra refrescar, aun poseyendo  el mejor refrigerador del mundo...

LEER MÁS